Agua Nocturna

Algo el espejo de agua quieta de pronto en undosos pedazos quiebra: tantas sombras prietas se sumergieron en el agua tersa, que la dejaron negra. Allá, en el oscuro rincón del rancho, el ruido de agua que, brollado entre la noche, llega, comunica a Achala una fría humedad de piedra. Entre las peñas verdosas, de musgo cubiertas, un bullir de pequeñas espumas acusa las confesiones secretas de las sombras que conversan, abajo, en la hondura siniestra.

¡Silencio!

Ya las lágrimas de la noche rielan en las pestañas de la hierba, y un blando deshojamiento de estrellas, que cae como una lluvia queda, la noche llora y la corriente lleva...