Paseo Nocturno
Achala del rancho había salido, y se fue alejando, solo, por el pajonal sombrío, dulcemente de sus pasos escuchando los crujidos. Un aura, fresca y pura de relente, a su encuentro vino. El agua, en el arroyo, ¡hacía un sonido…! Y se fue alejando, solo, por el pajonal sombrío, entre un manso ruido de hojas de los árboles dormidos.
La noche era toda de estrellas, y cantaba, triste, un grillo…